Humo negro, llamas, calles desoladas y efectivos militares en toda la ciudad.
Es la actual Caracas de noche, que vive intensas protestas contra el gobierno, una situación que se repite en muchas otras ciudades del país.
La protesta, dirigida por opositores al presidente Nicolás Maduro, consistía en bloquear en acciones relámpago calles o avenidas neurálgicas, con basura, objetos o cualquier cosa que sirva para detener el tránsito. En Venezuela eso tiene un nombre clave: "guarimba".
En términos militares sería como un método similar al de una guerra de guerrillas, en el que pequeños grupos buscan generar caos como forma de protestar.
Y esto se traduce ahora, como vio BBC Mundo en Caracas, en imágenes de basura en llamas, nubes de humo negro en autopistas, y una especie de juego del gato y el ratón entre manifestantes y efectivos del orden público.
La Guardia Nacional fue desplegada para limpiar calles y avenidas de protestas como esta. Y ello incluyó gases lacrimógenos (incluso a edificios), disparos con perdigones y la detención de varias personas, aunque no hay una cifra oficial. Se trató de una de las respuestas más contundentes hasta el momento de parte de los cuerpos de seguridad.
En algunas zonas también se escucharon claros sonidos de armas de fuego, según se pudo conocer a través de testigos. Algunos de ellos presumiblemente por parte de integrantes de los llamados "colectivos", grupos armados afectos al gobierno, que constituyen la tercera pieza de esta mezcla de violencia.
Todo esto mientras un tribunal de Caracas ratificaba en horas de la madrugada del jueves una medida privativa de libertad contra el líder opositor Leopoldo López, quien enfrenta entre otras acusaciones, las de terrorismo y daños a la propiedad pública, por su participación en la marcha del pasado 12 de febrero.