viernes, 7 de febrero de 2014

Heroína y otros opiáceos: la adicción que está matando a los jóvenes en California

El condado de Orange, en el sur de California, tiene la reputación de ser un lugar idílico, famoso por su clima mediterráneo, sus playas de arena blanca y sus opulentos barrios residenciales, por cuyas calles los ricos y famosos pasean sus autos de lujo.

Pero tras las fachadas de las mansiones y los clubes de golf del que es considerado uno de los bastiones republicanos en Estados Unidos, se oculta una realidad que poco tiene que ver con la imagen de postal que se presenta en películas y series de televisión.
Como está sucediendo en muchas otras comunidades del país, el aumento en el número de personas adictas a los medicamentos -y en particular a los analgésicos opiáceos- ha desatado una crisis de salud pública que le está costando la vida a decenas de personas cada año, muchas de las cuales no superan los 30 años.
Según datos de la oficina forense del condado de Orange, en los últimos cinco años cerca de 200 jóvenes de entre 14 y 26 años han fallecido como consecuencia del consumo de drogas. Dos terceras partes de esas muertes se atribuyeron a los fármacos que prescriben los profesionales de la salud.

La cortina naranja

El término "Orange Curtain" (cortina o telón naranja) se utiliza en California para referirse a la cortina imaginaria que separa a la población tradicionalmente conservadora y republicana del condado de Orange de sus vecinos más liberales de Los Ángeles.

Suele decirse que a los liberales les preocupa lo que sucede "tras la cortina naranja" (behind the orange curtain, en inglés). O sea, en el condado de Orange.
Según los especialistas, los adolescentes empiezan experimentando con los opiáceos y ansiolíticos que les han sido recetados a sus padres o a los padres de sus amigos, con la creencia de que estos son más seguros que las drogas que se consiguen en la calle.
Una vez se han enganchado -algo que con los opiáceos suele ocurrir pronto- recurren a médicos sin escrúpulos que les venden las pastillas a cambio de dinero. Si eso no funciona, siempre les queda el mercado negro.
Lo que más preocupa ahora a las autoridades es que están viendo cómo cada vez más jóvenes se están pasando a la heroína, una sustancia mucho más barata y fácil de conseguir.
Si para comprar un analgésico opiáceo como la oxicodona tienen que pagar al menos US$80, una papelina de heroína la pueden comprar en la calle por apenas US$10.

"Una epidemia"

La crudeza de lo que está sucediendo en el condado de Orange -uno de lo lugares con un mayor número de centros de desintoxicación de todo EE.UU.- se ve reflejada en el documental "Behind the Orange Curtain" (Tras la Cortina Naranja).
Behind The Orange Courtain
El documental relata la batalla de padres y madres contra las adicciones de sus hijos.
Se trata de un relato estremecedor en el que padres y madres cuentan la batalla que libraron -y en muchos casos perdieron- contra las adicciones de sus hijos y contra un sistema que criminaliza el consumo de drogas y no ofrece alternativas para la rehabilitación.
Este documental vio la luz gracias al empeño de Natalie Costa, una pequeña empresaria de la localidad de Laguna Woods que decidió que tenía que hacer algo tras ver como varios jóvenes de su comunidad morían de una sobredosis.
"Como muchos padres vivía en una burbuja. No tenía ni idea de que los jóvenes estuvieran utilizando opiáceos y heroína para colocarse. No fue hasta que Mark, el hijo de una amiga, murió de una sobredosis, que fui consciente de lo que estaba pasando", relata Costa en conversación con BBC Mundo.Leer Mas-->>

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