Mientras unos celebran, los otros protestan.
Durante la ola de protestas contra el gobierno, que la próxima semana cumplen un mes, Venezuela ha mostrado una vez más sus dos caras.
Y la tradicional celebración de los carnavales -pautada para este fin de semana, el lunes y el martes- es un nuevo ejemplo.
Por un lado, el presidente Nicolás Maduro ha promovido el desarrollo de este asueto típico del mes de febrero, invitó a varios conciertos e incluso habilitó unos buses que, por un costo bastante económico, transportará a la gente a las playas.
Pero en la otra esfera política, gobernadores y alcaldes de línea opositora han suspendido las festividades porque, en medio de la tensión política que ya salda 17 muertos, "no es momento de celebrar".
La frase "carnavales o libertad" se ha vuelto una especie de eslogan momentáneo de la oposición.
Venezuela, sin duda, está partida en dos: una mitad vota por el gobierno y la otra por la oposición; medio país opera en la economía oficial y el resto en la paralela; unos creen vivir en paz y los otros en conflicto.
Y ahora, unos celebran y los otros protestan.
En un lado...
El presidente no solo ha promovido la celebración de los carnavales: también decretó el jueves y el viernes días no laborables por el aniversario 25 del estallido social conocido como el Caracazo.
Con eso, ya son seis días seguidos en los que Venezuela anda a media máquina.
Pero encima, el miércoles 5 de marzo se cumple un año de la muerte del expresidente Hugo Chávez, cuyos homenajes se extenderán por 10 días.
"Hasta el jueves (6 de marzo) volvemos a trabajar", le dijo el jueves (27 de febrero) a BBC Mundo un residente del oficialista barrio 23 de Enero, en el oeste de Caracas, mientras se tomaba una cerveza y cocinaba un asado en plena plaza pública con varios vecinos al ritmo de Celia Cruz.Leer Mas-->>
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