MÉXICO.- El Gobierno de México busca combatir los altos índices de obesidad y diabetes con un impuesto a las bebidas azucaradas, una medida que fue aplaudida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) pero que se enfrenta al rechazo de los productores de refrescos.
Esta medida, incluida en la iniciativa de reforma fiscal presentada por el presidente Enrique Peña Nieto en septiembre pasado, responde a una situación calificada por Naciones Unidas como de "emergencia nacional".
"Sale más caro comprar agua que refresco en México", dijo a Efe el director de la agrupación civil "El poder del consumidor", Alejandro Calvillo.Leer Mas-->>
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